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LO QUE EL DIFUNTO DIJO DE SÍ MISMO

Aprovecho con gran satisfacción
Esta oportunidad maravillosa
Que me brinda la ciencia de la muerte
Para decir algunas claridades
sobre mis aventuras en la tierra.
Más adelante, cuando tenga tiempo
hablaré de la vida de ultratumba.

Quiero reírme un poco
Como lo hice cuando estaba vivo:
El saber y la risa  se confunden.

Cuando nací mi madre peguntó
Qué voy a hacer con este renacuajo
Me dediqué a llenar sacos de harina
Me dediqué a romper unos cristales
Me escondía detrás de los rosales.

Comencé como suche de oficina
Pero los ducumentos comerciales
Me ponían la carne de gallina.

Mi peor enemigo fue el teléfono.

Tuve dos o tres hijos naturales.

Un tinterillo de los mil demonios
Se enfureció conmigo por el “crimen
De abandonar a la primera esposa”.
Me preguntó “por qué la abandonaste”
Respondí con un golpe en el pupitre:
“Esa mujer se abandonó a sí misma”

Estuve a punto de volverme loco.

¿Más relaciones con la religión?
Atravesé la cordillera a pie
Disfrazado de fraile capuchino
Transformando ratones en palomas.

Ya no recuerdo cómo ni por qué
“Abracé la carrera de las letras”.

Intenté deslumbrar a mis lectores
A través del sentido del humor
Pero causé una pésima impresión.

Se me tildó de enfermo de los nervios.
Claro, me condenaron a galeras
Por meter la nariz en el abismo.

¡Me defendí como gato de espaldas!

Escribí en araucano y en latín
Los demás escribían en frances
Versos que hacían dar diente con diente.

En esos versos extraordinarios
Me burlaba del sol y de la luna
Me burlaba del mar y de las rocas
Pero lo más estúpido de todo
Era que me burlaba de la muerte
¿Puerilidad tal vez? — ¡Falta de tacto!
Pero yo me burlaba de la muerte.

Mi inclinación por la ciencias ocultas
Hizome acreedor al sambenito
De charlatán del siglo dieciocho
Pero yo estoy seguro
Que se puede leer el porvenir
En el humo, las nubes o las flores.
Además profanaba los altares.
Hasta que me pillaron infraganti.
Moraleja, cuidado con el clero.

Me desplacé por parques y jardines
Como una especie de nuevo Quijote
Pero no me batí con los molinos
¡Nunca me disgusté con las ovejas!

¿Se entenderá lo que quiero decir?

Fui conocido en toda la comarca
Por mis extravagancias infantiles
Yo que era un anciano respetable.

Me detenía a hablar con los mendigos
Pero no por motivos religiosos
¡Sólo por abusar de la paciencia!

Para no molestarme con el público
Simulaba tener ideas claras
Me expresaba con gran autoridad
Pero la situación era difícil
Confundía a Platón con Aristóteles.

Desesperado, loco de remate
Ideé la mujer artificial.

Pero no fui payaso de verdad
Porque de pronto me ponía serio
¡Me sumergía en un absimo oscuro!

Encendía la luz a medianoche
Presa de los más negros pensamientos
Que parecían órbitas sin ojos.
No me atrevía ni a mover un dedo
por temor a irritar a los espíritus.
Me quedaba mirando la ampolleta.

Se podría filmar una película
Sobre mis aventuras en la tierra
Pero yo no me quiero confesar
Sólo quiero decir estas palabras:

Situaciones eróticas absurdas
Repetidos intentos de suicidio
Pero morí de muerte natural.

Los funerales fueron muy bonitos.
El ataúd me pareció perfecto.
Aunque no soy caballo de carrrera
Gracias por las coronas tan bonitas.

¡No se rían delante de mi tumba
Porque puedo romper el ataúd
Y salir disparado por el cielo!

autógrafo

Nicanor Parra


«Versos de salón» (1962)

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