SI A VUESTRA VIDA UN DÍA LLEGASE EL HURACÁN
A mis hijos
Me pedís que os diga cómo sois,
a mí, que con la luz os definí;
a mí, que como a luz os contemplé.
Nada debiera haber más allá de la luz,
de esa luz vuestra.
Me pedís que os diga cómo sois,
hoy, que os extraviasteis por las salas
de un aeropuerto
y que, al andar, me pareció que ángeles
os iban alejando de mí,
más allá aún de mí.
Me pedís que os diga cómo sois,
cuando esta noche larga he velado
pensando en cómo sois,
pensando en cómo soy,
y en vuestras manos con nieve,
y en vuestros ojos con noche.
No os diré cómo sois, pues simplemente sois.
Sólo quiero, por eso,
deciros lo que habréis de recordar:
recordad y salvad vuestra quietud;
si en el norte, a la sombra temblorosa del álamo;
si en el sur, en la brisa del naranjo;
recordad cómo pasa el huracán
por el junco, y el junco no se inmuta,
y el junco no padece.
Porque el junco es flexible.
Si a vuestra vida un día llegase el huracán,
si hoy llegó el huracán a vuestras vidas,
respirad en su furia con quietud, hondamente,
y esperad.
Ahora, más que nunca,
sed flexibles,
sed junco, aroma, luz.
Antonio Colinas
Selección de poemas y versiones proporcionadas por Dina Posada.