ENTRE SOMBRAS

En mi pecho...
hay un tañer de campanas
que está tocando a agonías,
y en su lecho
las ilusiones tempranas
mueren con las más tardías.

Y no hay luz...
Lentamente, lentamente
la llovizna va cayendo
sobre el negror de mi cruz
donde muero sonriente
para acabarme riendo.

Todo muere...
y también mi corazón
ha escuchado la llamada.
¿Quién le quiere?
Sólo la muerte. ¡Oh canción
de perpetua enamorada!

¿Y el olvido...?
Es sólo un ave de paso
que huye y nos deja llorar.
Y ya ha huido...
Por eso es mi alma un ocaso
que resbala sobre un mar.

Sobre un mar...
donde no brilla la espuma,
y el gemido de su acento
es cantar
que se pierde entre la bruma
con las nostalgias del viento.

Me han dejado
porque soy una mortaja,
porque soy sólo un misterio...
Se han marchado
porque temen que en mi caja
les lleven al cementerio.

Bien, ¿y qué?
Con la sangre de mi herida
y la cruz de mi sufrir
sola iré
por la estepa de la vida
a los lindes del morir.