HISTORIAS
RECUERDOS
Una siesta de lobos entre pinos.
Pétalos de la hoguera, cazadores
que grabaron sus huellas sobre el hielo.
Paisaje de película noruega
y argumento también. Una aventura
por dos buenos amigos recorrida.
Árbol de Navidad. Trajes con pieles.
Alegres despedidas al trineo.
Mucha gente en el bar. Alcohol y juego.
Las casas de madera sin dinteles.
Dentro, una tempestad de cobertores.
Afuera, un frío de cristal tranquilo,
altos cielos y curvas mal tendidas.
El aliento del hombre empaña al río
y la mujer no existe, sólo lanas
por donde asoman caras femeninas.
El perro lobo salta los maderos.
Se superponen en el lienzo blanco,
el cuido, la candela y muebles toscos,
con la cortante limpidez del aire
que carece de azúcar y bacterias.
Y la gimnasia sueca de los árboles.
Y la sirena amiga de la foca.
Y el témpano qué avanza,
postre de los manteles marineros.
Manuel Altolaguirre