EL SUTIL INGENIO DE DON ANTONIO SOLÍS RIVADENEIRA AL LICENCIADO SALVADOR JACINTO POLO DE MEDINA, SU GRAN AMIGO
Son tus gracias tan saladas,
que al que las oye más triste
con la risa el mismo chiste
a las ojos le trasladas;
aun al que insultas, agradas;
sólo tú decir pudieras
pesadumbres lisonjeras,
con tal donaire te burlas;
pues si esto hiciste de burlas,
¿qué harás, Jacinto, de veras?
Ambiciosas de valor,
las Musas que hoy has honrado
can el que tú Ies has dado
presumen de buen humor.
Mas pues con tanto Favor
obligándolas estás,
deme las gracias de hoy más
de que tal gracia les des,
aunque darte gracias es
volverte lo que las das.
Antonio de Solís y Rivadeneyra