CUENTAS DE LUZ
Lejos como en la muerte
Siento arder una vida vuelta siempre hacia mí,
Fuego lento hecho de ojos insomnes, más que fuerte
Si de su allá insondable dora todo mi aquí.
Sobre tierras y mares su horizonte es mi ceño,
Como un cisne sonámbulo duerme sobre mi sueño
Y es su paso velado de distancia y reproche
El seguimiento dulce de los perros sin dueño
Que han roído ya el hambre, la tristeza y la noche
Y arrastran su cadena de misterio y ensueño.
Amor de luz, un río
Que es el camino de cristal del Bien.
¡Tú me lo des, Dios mío!
Delmira Agustini