DUEÑAS DE ROSTRO Y CORAZÓN

Dueñas de rostro y corazón, en flor
en verso hemos vuelto, a la dulce
certeza que aparta de la nada
Un instante de ella nos exige
firmeza para siempre, compasión
en la mirada que así nos recuerde
los ecos de un destello: diferentes
llegamos a la rosa de los tiempos
Junto y cerca, anales de los sueños
con el propio rostro y corazón
a la casa legada por aquella,
por aquel que en nosotros se inventa
Hemos vuelto, hemos vuelto a desmentir
que es mandato no volver la mirada
como una red en el agua recoge
la memoria los cardúmenes de oro
que vuelven y se escapan, sabios bárbaros
ahora cantaremos que la tierra
no perezca tras de mí, en pos de mí
si todos por igual habremos de ir
al país del misterio. Pero antes
queda el porvenir, tapiz de plumas
y de láser, holograma sutil
de nuestros actos, bailarín espíritu
de flores y de cantos, collar, de almas
lo viviente no hay mas alla sin mas
atrás, es nuevo el ayer y es antiguo
el mañana.en el libro de cuentas,
junto y cerca el anillo de los mundos
distantes, lo que es propio será ajeno,
si, amigas mías, regocijemonos,
no es posible alzar belleza sobre
desgracia, porque ella se alzara
sobre nosotros, oh niños, es hoy
el porvenir, memoria y piedad
en la audaz melodía que corona
al rumor, ríos pequeños y plenos,
salta, chispa de agua quemada haciendo
de mí, lo que en ti, solo un poco aquí
nos alzamos del sueño antes de ir
ya solos, a la región del misterio
hemos vuelto, a preguntarnos si es
posible las palabras verdaderas
decir sobre la tierra, siendo dueñas
de rostro y corazón podremos hoy
atarlas —tinta roja y tinta negra—
con lazos de seda a nuestros pechos