LA VEJEZ DE NARCISO
Me miro en el espejo y no veo mi rostro
He desaparecido: el espejo es mi rostro.
Me he desaparecido;
porque de tanto verme en este espejo roto
he perdido el sentido de mi rostro
o, de tanto contarlo, se me ha vuelto infinito
o la nada que en él, como en todas las cosas,
se ocultaba, lo oculta,
la nada que está en todo, como el sol en la noche,
y soy mi propia ausencia frente a un espejo roto.
Enrique Lihn