VOLVER A AQUELLA PLAZA
Ahora quiero volver a aquella plaza silenciosa y vacía
y escuchar otra vez las palabras que entonces
solías decir, mientras las luces de cada atardecer
dejaban en tus manos una rosa encendida y efímera.
Una pequeña fuente decía su canción en homenaje
al dios de mármol blanco que se alzaba en su centro.
Y tu voz se acercaba a mi callada forma de mirarte
enredada en la música del agua.
Yo me olvidaba allí de los tristes quehaceres
que el mundo que circunda a aquella plaza
dicta a los que recorren sus caminos.
Las horas se dormían a tus pies. Y la noche
se acercaba lentamente, envuelta en un perfume de sosiego.
Hoy miro y nada queda. Ya pasaron los días
que la vida nos dio para estar juntos.
Pero es posible regresar, volver mil veces
a los lugares del deseo, a los sitios que la pasión eligiera.
Basta con que miremos hacia atrás, con que aprendamos
que el tiempo pasa, pero permanece.
Eloy Sánchez Rosillo