DESPUÉS DE LA FIESTA
En cuántas ocasiones te has dicho que la vida
no te ha tratado mal, que, a fin de cuentas,
eres un hombre afortunado.
Pero,
a qué engañarse. Déjate de historias.
Esta noche no puedes conformarte
diciéndote lo mismo que otras veces
—con no poco optimismo— te dijiste.
Alguien que no eras tú se fue con ella
cuando la fiesta terminó.
Hace frío
en las calles sin nadie de la ciudad. Y vuelves
de madrugada a casa. Y estás solo.
Eloy Sánchez Rosillo