NO SABER
Sólo la muerte dice con franqueza
—y no a quienes con ella se van: únicamente
a los que aquí se quedan tras su paso—
que algo se terminó. Todos los otros
sucesos y avatares esconden el secreto
de su final, que pasa inadvertido
al corazón y al ojo. Por fortuna, no hay
certidumbre del punto en que una cosa acaba:
conocer hasta el fin siempre es dolor.
Así teje la vida
los días y las noches del existir. Y en ese
piadoso no saber, en esa trama
de compasiva oscuridad,
no falta nunca el hilo luminoso
de la esperanza.
Eloy Sánchez Rosillo