LUZ ENTREVISTA
Mis días sólo han sido servidumbre
al tiempo fragmentado que aprendí:
un manantial que brota vivo y claro,
un río indetenible,
y unas aguas perdiéndose sin pausa
en la fatalidad de la mar última.
Quise tenerlo todo, retenerlo,
y nada, nada tuve.
Un momento brillaban en mi mano
las cosas que del alba procedían
e iban luego cayendo en noche ciega.
La propia vida puso en mí la fábula
y yo la alimenté con mis lamentos.
Pero ocurrió una vez que de repente,
sin preguntarme, supe por amor,
y todo desde entonces me acompaña
y es simultáneo todo. No hay transcurso.
Antes de aquel suceso
hubo un despojamiento involuntario,
una larga indigencia, una caída,
algún hondo dolor.
Mas vine a dar después sin saber cómo
en la fulguración de esta pureza.
Una puerta cerrada se abrió un poco
y la luz que entreveo no declina.
Eloy Sánchez Rosillo