EPÍLOGO
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
José Hierro
Nada
Hoy, jueves lardero, febrero de dos mil dos,
las palabras de nuevo olvidan
cómo es el lenguaje roto,
cómo es la no luz del día,
cómo es la no luz de la noche,
y cómo es la incertidumbre.
Hoy, también, nos une el vacío a los poetas,
acaso lo podemos definir,
acaso te puedo no imaginar,
acaso eres dueño de la sombra
de tu pluma.
Hoy sobre el papel la nada
no es y por no ser
nos encierra en su vacío.
¡Ah, el verso!, dura máscara
perdida en el poema
donde nada sucede:
donde se refleja tu imagen
nada: todo claridad, todo
blancura, mas nada.
Necesidad del canto
y canto mismo, palabra,
en el lecho nupcial de la quimera.
Jesús Hilario Tundidor
Enrique Villagrasa González