SONETOS PARA UN CUERPO AJENO Y PROPIO
I
Cuando a tu sangre nombres, cuerpo, invoca
una sola palabra: sangre llama
a lo que sólo sangre se reclama
desde tus pies al filo de tu boca.
Cuando a tu carne nombres, cuerpo, evoca
la sola carne que a la carne llama,
la que se mira y besa y hiere y ama,
que se penetra y lame, huele y toca.
Llámate cuerpo a secas, no te esmeres
en ser de otras palabras el reflejo,
la oscura huella, su inasible sombra.
Quédate cuerpo a solas y no esperes
se otra cosa que el desnudo espejo
de la sola palabra que te nombra.
Fernando del Paso