EPITAFIO A LA MUERTE DE TIRSI
Crezca con el licor del llanto mío
La verde yerba de este fértil prado:
Enfrene el triste son de mi cuidado
El presuroso curso de este río:
Resuene el bosque cavernoso y frío,
Ya es muerto Tirsi, Tirsi es ya acabado,
En el dolor terrible sepultado,
Que tuvo de él entero señorío.
Sola esta solitaria selva umbrosa,
Y aquesta tan gentil verde ribera
Del lamentable fin fueron testigos.
Aquí cerró sus ojos muerte fiera,
Y el miserable cuerpo aquí reposa.
Llorándole Damón su firme amigo.
Francisco de Figueroa