SONETO IV
Deja, Fili, gozar un poco al prado
De su preciado honor, deja las flores
Esmaltadas de perlas, las colores
Vivas mostrar, que Flora hoy les ha dado.
Deja vivir en libre alegre estado
Las Ninfas de este valle y los pastores
Del monte sin envidia y sin ardores,
Y mira cual está Tirsi parado;
Que dispuesto a morir dice tendido
Sobre la yerba de aquel verde llano:
Ya ves el fin de tu deseo cumplido.
¡Ay por quien tantas lágrimas en vano
Tantos suspiros hasta aquí he esparcido,
Y ahora esparcirá sangre esta mano!
Francisco de Figueroa