EL CEMENTERIO DE MOMO
EPITAFIOS
Yace aquí un mal matrimonio,
Dos cuñadas, suegra y yerno...
No falta sino el demonio
Para estar junto el infierno.
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¡En sepulcro de escribano
Una estatua de la Fe!...
No la pusieron en vano;
Que afirma lo que no ve.
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¿Ya hay pleito sobre el sepulcro,
Y aún no está el hombre enterrado?
¡Éste sí que era letrado!
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Yace aquí Blas...y se alegra
Por no vivir con su suegra.
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Agua destilada la piedra,
Agua está brotando el suelo...
¿Yace aquí algún aguador?
—No, señor: un tabernero.
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Un delator aquí yace...
¡Chito! que el muerto se hace...
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Aquí yace una doncella...
Y han borrado de labor...
Siempre es bueno hacer favor.
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Yace en esta estrecha caja
El sastre más afamado;
Y dicen que no ha robado...
Al menos en su mortaja.
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¡Cuñados en paz y juntos!...
No hay duda que están difuntos.
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Aquí yace una beata
Que no habló mal de ninguna...
Perdió la lengua en la cuna.
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Aquí un médico reposa,
Y al lado han puesto a la Muerte...
Iban siempre de esta suerte.
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¡Al pie del sepulcro un cuerno!...
¿No admite dos el infierno?
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Aquí un hablador se halla...
Y por vez primera calla.
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Aquí yace una viüda
Que murió de pena aguda,
Apenas hubo perdido
A su séptimo marido.
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Aquí se enterró un suizo...
Por el dinero lo hizo.
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Aquí yace una soltera,
Rica, hermosa, forastera,
Que sordo-muda nació...
¡Si la hubiera hallado yo!
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Sub hoc tumulo... adelante:
Que este será algún pedante.
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Aquí yace un andaluz...
Por eso han puesto esta cruz.
* * * * *
Don Juan de Az.pei..ti..gu..rrea..
Para el diablo que te lea.
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Ya que no pide doblones,
Pide esta vieja oraciones.
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Canónigo... de repente...
¡Y morir en Noche Buena!...
Se le indigestó la cena.
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Eche una limosna, hermano;
Y que no suene el dinero,
No reviva este usurero.
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Aquí enterraron de balde,
Por no hallarle una peseta...
No sigas: era poeta.
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Una palma han colocado
En la tumba de Lucía...
Es que dátiles vendía.
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Aquí yace un cortesano,
Que se quebró la cintura
Un día de besamano.
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Aquí jaz o mui illustre
Senhor João Mozinho Souza
Carvalho Silva de Andrada...
Sobra nombre o falta losa.
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Aquí yace un juez de vagos,
Que en Madrid ocioso anduvo...
¿Y en qué diablos se entretuvo?
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Aquí reposa un francés...
Al fin parado le ves.
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Aquí yace entre laureles
Un gran autor de comedias,
Que murió helado en el patio
Sin que un cristiano lo viera.
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Aquí yace Sor Belén,
Que hizo almíbares muy bien,
Y pasó la vida entera
Vistiendo niños de cera.
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Aquí yacen cuatro socios,
Que juntaron gran caudal:
Un médico, un boticario,
Un cura y un sacristán.
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Aquí yace el Rey Ramiro,
Que libró a España del feudo...
Al moro que hoy lo cobrare,
La ganancia no le arriendo.
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Aquí yace un oidor sordo...
Un relator tartamudo...
Un vista con cataratas...
¡Pues anda bonito el mundo!
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Aquí yace un contador
Que jamás erró una cuenta...
A no ser a su favor.
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Un borrego han esculpido
En esta tumba modesta...
¿Tuvo el difunto el toisón?...
Fue escribano de la Mesta.
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Aquí a una bruja enterraron,
Chamuscada a fuego lento...
Nunca es malo un escarmiento.
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Aquí yace un cobrador
Del voto del Rey Ramiro...
¿No era mejor dar mujeres;
Y quedarnos con el trigo?
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Aquí yace un mayorazgo
Junto a su hermano mellizo:
Éste se murió de hambre;
Y aquél se murió de ahíto.
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Aquí Susana reposa...
Por supuesto no la casta...
Con que usted lo diga, basta.
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Aquí yace un proyectista,
Que quiso dar por asiento
Agua, tierra, fuego y viento.
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Aquí yace un egoísta
Que no hizo mal ni hizo bien...
Requiescat in pace, Amen.
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Aquí yace Don Matías,
Acusado de tacaño;
Y daba gratis al año...
Pésames, pascuas y días.
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El general que aquí yace,
Hizo lo mismo que el Cíd...
Entraba muerto en la lid.
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Aquí yace un alquimista,
Que en oro trocaba el cobre...
Y murió de puro pobre.
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Aquí yacen dos maestrantes...
Ocupados como antes.
Francisco Martínez de la Rosa