ENSEÑA QUE, AUNQUE TARDE, ES MEJOR RECONOCER EL ENGAÑO DE LAS PRETENSIONES Y RETIRARSE A LA GRANJERÍA DEL CAMPO
Cuando esperando está la sepoltura
por semilla mi cuerpo fatigado,
doy mi sudor al reluciente arado
y sigo la robusta agricultura.
Disculpa tiene, Fabio, mi locura,
si me quieres creer escarmentado:
probé la pretensión con mi cuidado,
y hallo que es la tierra menos dura.
Recojo en fruto lo que aquí derramo,
y derramaba allá lo que cogía:
quien se fía de Dios sirve a buen amo.
Más quiero depender del sol y el día,
y de la agua, aunque tarde, si la llamo,
que de l'áulica infiel astrología.
Francisco de Quevedo y Villegas