EL COCINERO DISTRAÍDO
El cocinero Fernando
Se pasaba el día pensando
—sin pensar en lo que hacía—
Se le olvida echar la sal,
Nunca pela las patatas.
Y le sale el guiso mal.
La paella sin arroz.
¡Qué atroz!
Lo peor fue el otro día…
Encerrado en la cocina,
Peló viva a una gallina
Y en el horno la metió…
Pasó un rato
Y la gallina gritó temblando:
—Fernando, Fernando,
o enciendes el horno
o me pones las plumas
¡que me estoy helando!
Gloria Fuertes