HECHO DE MEMORIA AL PIE DE UNA FUENTE
Fuente de mi dolor, que en el Estío,
Cuando la tarde andaba declinando,
Tus aguas cristalinas derramando
Para que se mezclasen con el río,
Oíste con agrado el amor mío;
Y a veces las vertías murmurando
De que estuviese sin razón dudando
De la que me entregaba su albedrío:
Ahora que el Invierno enfurecido
Tu fértil margen de verdor despoja;
Y que el tronco, del viento sacudido,
Se ve desnudo de su rama, y hoja,
En el silencio de la noche pido
Que con piedad escuches mi congoja.
Gaspar María de la Nava Álvarez, Conde de Noroña