NO HAYA CORRUPCIÓN
Obstinado de mí no habré podido avanzar un metro lerdo de burro
de Atacama a Arizona, malparado
y equivocado bajo las estrellas, sin otro pasto
que los peñascos de las cuestas, ni más aire
que el de mis costillas, ni más orejas
que lo que fueron mis orejas, equivocado,
lo que se dice equivocado.
No di con el hallazgo, se junto todo,
el viernes llovió, de modo que el reparto de las aguas
subió de madre, a Pablo
le tocó casi toda la costa, excluyendo el sector alto de la nieves
que eso es entero de Vallejo
hasta los confines, Huidobro
muy justo exigió el deslinde sur del encantamiento
más los pájaros, muerto Borges
cambió su virreinato del Este por una sola hilera de libros,
del que no se supo más nada
fue de Rulfo.
Así las cosas quien va andar
a la siga de qué, por cuáles cumbres. Entonces
llamé a mi animal como apacentándolo hacia
otra paciencia más austera: Distráete, animal,
le dije, záfate de tu persona, deja
que el placer te bañe, no haya
corrupción.
Gonzalo Rojas