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AT HOME

Bella es la vida que a la sombra pasa
Del heredado hogar; el hombre fuerte
Contra el áspero embate de la suerte
Puede allí abroquelarse en su virtud;
Si es duro el tiempo y la fortuna escasa,
Si el aéreo castillo viene abajo,
Queda la noble lucha del trabajo.
La esperanza, el amor, la juventud.

Hijos venid en derredor; acuda
Vuestra madre también ¡fiel compañera!
Y levantad a Dios con fe sincera
Vuestra ferviente, candida oración;
Él es quien nos reúne y nos escuda.
Quien puso en vuestros labios la sonrisa.
Da su aroma a la flor, vuelo a la brisa,
Luz a los astros, paz al corazón.

Después de la fatiga y del naufragio,
Ansío rodearme de cariño;
La serena inocencia de los niños.
De la herida mortal calma el dolor.
Es para el porvenir dulce presagio
Que al hombre con el mundo reconcilia,
El ver crecer en tomo la familia
Bajo las santas leyes del amor.

El vano orgullo, la ambición insana,
Aspiren a las pampas de la tierra;
Su nombre ilustre en la sangrienta guerra
Lleno de encono el bárbaro adalid;—
Nuestra misión es, hijos, más cristiana:
Amar la caridad, amar la ciencia;
Puras las manos, pura la conciencia,
Dar el licor a quien nos dio la vid.

El sol de cada día nos alumbre
El sendero del bien; nada amedrente
Al varón justo, al ánimo valiente
Que fecundiza el suelo en que nació;
La libertad amemos por costumbre,
Por convicción y por deber; en ella
El despotismo estúpido se estrella:
¡La patria esclavizada redimió!

¡Honra y prez a sus padres denodados!
Entre ellos se encontraba vuestro abuelo;
Hoy descansa su espíritu en el cielo,
Noble atleta vencido por la edad.
¡Venid en sus recuerdos impregnados,
Y llena el alma de filial ternura.
Su venerada, humilde sepultura.
Con flores y con lágrimas regad!

Tomad ejemplo de él, y cuando un día
Emprenda yo mi viaje sin retomo,
Erigidme una craz y de ella en tomo,
Sin una manclaa en la tranquila sien,
Llenos de paz, radiantes de armonía.
Podáis decir de vuestro padre amado:
«Latió en su pecho un corazón honrado;
No fue un procer,—fue más—hombre de bien».

autógrafo

Carlos Guido y Spano


«Hojas al viento» (1879)

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