He de perseguir tu cuerpo
hasta donde dos cuerpos pelean
tu callejón oscuro
y peligrosamente el día
tiene contacto con una luz que no le corresponde
para sentirse propio y poseído
hasta donde la demolición de los conjuros
no perdona el rumor de las palabras
he de perseguir tu cuerpo
hasta el fin de tus calles
donde los saludos forman esquina con el viento
y la seguridad imposible de manos conocidas
hace vivir deseos constelaciones
en el solo equilibrio de la sombra
Homero Aridjis