EL PASEO
Pasamos por el puente de guaduas y bejucos;
Surgía de las frondas un grato olor silvestre,
Y risas animaban, cantares y bambucos,
El paseo campestre.
Sombreritos de caña, trajes de abiertas golas,
Las muchachas del pueblo lucían con donaire,
Y al son bailaban todos de tiples y bandolas,
Y embalsamaba el aire.
El mozo más garrido, quien siempre mejor danza,
Con la bella entre todas, y a quien feliz corteja,
Sale a bailar, y al corro, grito de pronto lanza:
«¡Que viva mi pareja!»
La suelta, y en las frondas ocúltase y se pierde,
Trae, de clavelinas, para ella una guirnalda,
Y al brillo de la tarde luce el campo más verde
Su verde de esmeralda.
Al pueblo por el puente de guaduas y bejucos
Volvimos, las parejas por entre calles solas,
Y uníase a las risas el son de los bambucos
De tiples y bandolas.
Ismael Enrique Arciniegas