EL BAÑO
Blancas y azules, la ligera ronda
De mariposas en la orilla juega,
Y el río, en un recodo de la vega,
En ancho pozo la corriente ahonda.
De alto nogal bajo tupida fronda,
Ella, a bañarse, de mañana llega;
Pronto a las aguas su pudor entrega
Y de ellas se alza su cabeza blonda.
Y de repente brilla en sus cabellos
Un manojo de fúlgidos destellos
Que filtra el sol por el ramaje umbrío;
Y su áurea cabellera destrenzada
Es como una radiosa llamarada
Que va flotando en la mitad del río.
Ismael Enrique Arciniegas