EN LOS ALCORES
El sendero, en los alcores,
A su casa conducía.
Cuando a la aldea venía
Perfumaban más las flores.
Cuando bajaba la niña
Con su sonrisa hechicera,
Más azul el cielo era,
Y más verde la campiña.
Sendero que hasta su casa
Llevabas por los alcores:
Segó el verano tus flores
Y ella por ti ya no pasa.
Qué tristes las tardes son...
En vano espero y espero.
¡Parece que en el sendero
Se quejara un corazón!
Ismael Enrique Arciniegas