Cantar de Mío Cid. Folio 1v
e aquel que gela diesse sopiesse vera palabra
que perdiere los averes e más los ojos de la cara,
e aun demás los cuerpos e las almas.
Grande duelo avien las yentes cristianas;
ascóndense de mio Çid, cal non osan dezir nada.
El Campeador adeliñó a su posada;
así commo llegó a la puorta, fallóla bien çerrada,
por miedo del rey Alfons, que assí lo pararan:
que si no la quebrantás, que no gela abriessen por nada.
Los de mio Çid a altas voces llaman,
los de dentro non les quieren tornar palabra.
Aguijó mio Çid, a la puerta se llegaua,
sacó el pie del estribera, una ferídal dava;
non se abre la puerta, ca bien era çerrada.
Una niña de nuef años a ojo se parava:
«Ya Campeador, en buena çinxiestes espada!
El rey lo ha vedado, anoch dél entró su carta,
con grant recabdo e fuertemientre seellada.
Non vos osariemos abrir nin coger por nada;
si non, perderiemos los averes e las casas,
e aun demás los ojos de las caras.
Çid, en el nuestro mal vos non ganades nada;
mas el Criador vos vala con todas sus vertudes santas».
Esto la niña dixo e tornós pora su casa.
Anónimo, copista Per Abbat