Cantar de Mío Cid. Folio 22r
«Comed, conde, de este pan, bebed, conde, de este vino
de cautiverio saldréis si hacéis lo que yo os digo,
si no, en todos nuestros días no veréis ningún ser vivo».
61
Negativa del conde.
«Comed, comed, don Rodrigo, tranquilo podéis estar,
pero yo no comeré, el hambre me matará».
Hasta pasados tres días no se vuelve el conde atrás.
Mientras ellos sé reparten lo que hubieron de ganar
no logran que coma el conde ni una migaja de pan.
62
El Cid reitera al conde su promesa.
Pone en libertad al conde y le despide.
Dijo entonces Mío Cid: «Conde, habéis de comer algo,
que si no queréis comer nunca más veréis cristianos,
mas si coméis a mi gusto, como os tengo mandado,
a vos, conde don Ramón, y a dos de estos fijosdalgo
de prisión os soltaré y saldréis de entre mis manos».
Al oírlo don Ramón mucho que se fue alegrando.
«Si vos, don Rodrigo, hacéis eso que me habéis hablado,
por el resto de mi vida quedaré maravillad».
«Pues comed, conde, comed, y cuando hayáis acabado
a vos y a dos caballeros la libertad he de daros.
Mas, de lo que habéis perdido y yo ganado en el campo
sabed, conde, que no pienso devolveros ni un ochavo,
que mucha falta nos hace y andamos necesitados.
Cogiendo de vos y de otros hemos de irnos ayudando,
y nos durará esta vida lo que quiera el Padre Santo,
que eso le toca al que el rey fuera de su reino ha echado».
Alégrase el conde y pide el agua para las manos,
ya se la ponen delante, diéronsela sin retraso.
Anónimo, copista Per Abbat
Versificación moderna de Pedro Salinas