POEMA DEL SECRETO
Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mía,
y no volver el rostro para verte pasar.
Puedo apretar mis labios un día y otro día...
y no puedo olvidar.
Puedo mirar tus ojos y hablar frívolamente,
casi aburridamente, sobre un tema vulgar.
Puedo decir tu nombre con voz indiferente...
y no puedo olvidar.
Puedo estar a tu lado como si no estuviera,
y encontrarte cien veces, así como al azar...
Puedo verte con otro, sin suspirar siquiera,
y no puedo olvidar.
Ya ves: Tú no sospechas este secreto amargo,
más amargo y profundo que el secreto del mar...
Porque puedo dejarte de amar, y sin embargo...
¡no te puedo olvidar!
José Ángel Buesa