SALMO DE OTOÑO
Hay un primer amor, hermosa dama,
Que solo es un rasguño, no una herida;
Pues, por ser lo primero que se ama,
Es también lo primero que se olvida.
Y hay algo que no sé cómo se llama,
Ya casi en un dolor de despedida,
Que es el último fruto en una rama
Y es el último amor en una vida.
Pero sé que hay un río, dama hermosa,
Que irá resucitando rosa a rosa
La rosaleda moribunda ya;
Y, en ese río de la rosaleda,
Nuestro amor será el cauce,
que se queda,
Y el tiempo será el agua que se va...
José Ángel Buesa