La obra humana.
Los puentes y las torres.
Los pozos y edificios.
Fogatas y autopistas.
Las catedrales todas.
La obra humana os decía,
no fue tan grandiosa
ni tan bella.
Todo queda
en la más dramática hipótesis.
Sin contar con la gama infinita
de criminalidades, sangrientas
y con garfios en el techo,
o doradas y tan dulces
como el retablo de tu cara.
José Antonio González-Haba