NADIE
Me están llamando
¿y quién responde?
Grave y veraz, la piedra
sigilosa cimenta su mutismo.
Desoye el árbol las invocaciones
erráticas del viento, mientras
sus vacilantes cuencas enmudecen
frente a las desbandadas de la luz.
Como un vaho gravita el anhelante
oficio de estar vivo y en lo hondo
de los drenajes de la soledad
los pájaros silencian sus generaciones.
Me llamo Nadie, como Ulises.
¿Y quién responde?
Nadie:
una pared vacía, una página en blanco.
José Manuel Caballero Bonald