MARCHA ESTIVA
Hay de rosáceas un puente
en los cerros luminados,
siempre lejano.
Y en el alba de placeres,
las vírgenes lo pasaban
dulces y claras.
Por las alturas las fuentes
decían, en versos magos,
azul retrato.
Sobre abismos, sobre edenes,
las núbiles pintorescas
soñaban ciegas.
¿Adónde van las celestes
cuando, en las estivas nubes,
duermen las luces?
José María Eguren