anterior   aleatorio / random   autor / author   inicio / home   siguiente / next

DECLARACIÓN DE VARADERO
(En el centenario de Rubén Darío. 1967)

«La tortuga de oro marcha sobre la alfombra.
Va trazando en la sombra
un incógnito estigma
los signos del enigma
de lo que no se nombra.
Cuando a veces lo pienso,
el misterio no abarco
de lo que está suspenso
entre el violín y el arco»

R. D., Armonía

En su principio está su fin. Y vuelve a Nicaragua
para encontrar la fuerza de la muerte.
Relámpago entre dos oscuridades, leve piedra
que regresa a la honda.

Cierra los ojos para verse muerto.
Comienza entonces la otra muerte, el agrio
batir las selvas de papel, torcer el cuello
al cisne viejo como la elocuencia;
incendiar los castillos de hojarasca,
la tramoya retórica, el vestuario:
aquel desván llamado «modernismo».
Fue la hora / de escupir en las tumbas.

Las aguas siempre se remansan.
La operación agrícola supone
mil remotas creencias, ritos, magias.
Removida la tierra
pueden medrar en ella otros cultivos.
Las palabras / son imanes del polvo,
los ritmos amarillos caen del árbol,
la música deserta / del caracol
y en su interior la tempestad dormida
se vuelve sonsonete o armonía,
municipal y espesa, tan gastada
como el vals de latón de los domingos.

Los hombres somos los efímeros,
lo que se unió se unió para escindirse
—sólo el árbol tocado por el rayo
guarda el poder del fuego en su madera,
y la fricción libera esa energía.

Pasaron, pues, cien años:
ya podemos
perdonar a Darío.

<

autógrafo

José Emilio Pacheco


«No me preguntes cómo pasa el tiempo» [1964-1968] (1969)
II. Mira cómo son las cosas


enlace «La tortuga de oro camina por la alfombra» de Rubén Darío

subir / top   poema aleatorio   siguiente / next   anterior / previous   aumentar tamaño letra / font size increase   reducir tamaño letra / font size decrease