SONETO
Toma mi cuerpo, madre, te lo entrego
ensangrentado... como me lo diste;
sólo que a ti va ahora mudo y ciego,
menos lloroso... sí... pero más triste.
Gracias. madre; fue hermoso, tuvo suerte,
el mejor vino y el amor más loco
gozó en la lucha pero poco a poco
lo echó el Asco en los brazos de la muerte.
Dale un gran beso de perdón; no llores,
no vayas a llorar; agradecida
pronto lo estrechará la madre Tierra.
¡Tú y ella, mis dos madres, mis amores!
¡Alégrate: la vida, la gran vida
comienza en toda tumba que se cierra!
Julio Flórez