LA TRISTEZA DE LA LUNA
Yo odio a la luna. La luna me embruja
Y me pone triste con su faz de bruja.
Tan triste me pone que a veces parece
Que en mi alma un negro ciprés se estremece.
Bajo su luz clara mi alma queda inerte
Y es como un guiñapo con olor a muerte.
Bajo su luz clara , tan estéril es
Como un prado negro cubierto de pez.
Cavadora blanca, con su azada ahonda
El pozo sombrío de mi pena honda,
Y con sus dos largas manos de cristal,
Derrama en ni¡ senda puñados de sal.
Aunque cubra el ascua de mi angustia viva
Con grises cenizas, la bruja, de arriba
Me arroja su soplo y reanima el fuego,
Ciega a todo llanto, sorda a todo ruego.
¡No podré olvidar
Mientras a la luna tenga que mirar!
¡Clamo la ceguera!
¡Quién no ver su lumbre nunca nmás, me diera!
Juana de Ibarbourou