RETORNO
Tibia saeta del recuerdo vino
a hundírseme en el pecho, donde el sueño
retenía, en su pálido universo,
la subconsciencia de un gustado cielo.
Presencias arbitrarias se esfumaron
con sus paisajes de cambiantes nieblas
y el sueño mismo te rastreó en las huellas
del mundo real tan próximo y lejano.
Entre la ciega sombra, palpitante
como un latido vivo, fue tu imagen
la reconquista de mi propio pulso.
El arbitrario reino se deshizo
y retorné a mi ser por el camino
de tu llegada al dislocado mundo.
Juana de Ibarbourou