SONETO
¡Tierra no más el cielo de Medina!
¡Casi polvo la fábrica más bella!
¡Humo apenas la más viva centella!
¡Y aun sombra ya la luz más peregrina!
¡Nada! ¡Nada! ¿Mas dónde se encamina
impaciente el dolor con la querella,
de la nada que ve, si ya es en ella
fe humana la esperanza de divina?
Señas su muerte dio, que arguyen gloria:
Luego en esta de todos envidiada
por piedad, por razón se ha de hallar modo
de trocar sabiamente la memoria,
la tierra, polvo, humo, sombra y nada,
en Cielo, en lluvia, en luz, en aire y todo.
José Pérez de Montoro