BAÑO
Mujer mirada en el espejo umbrío
del baño que entre pausas te presenta,
con sólo detenerte, una tormenta
de colores aplacas en el río...
Sales al fin, con el escalofrío
de una piel recobrada sin afrenta,
y gozas de sentirte menos lenta
que en el agua en el aire del estío.
Desde la sien hasta el talón de plata
—única línea de tu cuerpo, dura—
tu doncellez en lirios se desata.
Pero ¡con qué pudor de veste pura,
recoges del cristal que te retrata
—al salir de tu sombra— tu figura!
Jaime Torres Bodet