CALLE DEL TABLÓN
Sucia, sin empedrar, desnivelada,
donde vive un genial pariente mío
llamado Rigail!... ¡y eso no es nada!
porque ahí tiene una tienda, todo un lío.
sin parangón: betún, carne salada,
puntilla de Paris, obras de Pío
Baroja y además sobre una espada
y un bacín, farolitos de Tokio...
Mas esa callejuela inadvertida
saldrá a luz en infolios historiales,
por que allí por desgracia y un capricho
de la fatalidad..¡vino a la vida
quien escribe estos versos inmortales
para honra y prez de Portugal! he dicho.
Luis Carlos López