CALLE DE SAN AGUSTÍN
¡Pobre San Agustín del alma mía!...
Le pusieron tu nombre, tu adorado
y dulce nombre a una profana vía...
A una calle no exenta de pecado,
donde vivió Bolívar... Y hoy en día
da cupo a “El Bodegón”, a ese dechado
de humorismo envuelto en la alegría
piramidal del ron y el anisado...
La gente que circula y encadena
la prosa estomacal, rompe la calma
de una calle que es una burla impía
para tu sacro nombre y tu serena
paz interior, San Agustín del alma,
¡noble San Agustín del alma mía!...
Luis Carlos López