SILENCIO
Gotea, muda, la fuente,
Y hasta su labio de piedra,
La lentitud de la hiedra
Se alarga infinitamente.
En la quietud del pensil
Que, como muerta, la estanca,
Parece la fuente blanca
Una tumba juvenil.
El mismo sueño de piedra,
Tumbas y fuentes abisma,
Eternizado en la misma
Fidelidad de la hiedra.
Leopoldo Lugones