PECADOS NECIOS Y GUSTOS DEPRAVADOS
¡Oh qué tonto es don Andrés,
Que gasta el oro sin tasa,
Y arruina tal vez su casa
Por titularse marqués
Y ponerse cruz al pecho!
Buen provecho.
Toda una noche bailando
Pasa Luis. ¡Necia manía!
¿Cuánto mejor no estaría
A pierna suelta roncando
En caliente y blando lecho?
Buen provecho.
¡Oh avaricia siempre ciega!
¡Que se exponga don Cenón
A perder fama y bastón
Por ganar media talega
En un infame cohecho!
Buen provecho.
Clara, ¿y de ti qué diré
Si con muleta te veo
Por llevar en el paseo
Sobre largo y ancho pie
Zapato corto y estrecho?
Buen provecho.
¿Posible es que don Jeromo,
Aunque ve menguar sus rentas,
Cuando viene a darle cuentas
Su rollizo mayordomo
Firme como en un barbecho?
Buen provecho.
Casose Fabio con Juana
Sin tener un solo ochavo;
Mas ¡la amaba tanto... Bravo!
¡Viva el amor! Si mañana
Se colgare de despecho,
Buen provecho.
Si quiere usted, camarada,
Con toros entrar en lid,
Cuando al mejor adalid
Le alumbran una cornada
Por el costado derecho,
Buen provecho.
Si en busca de un gazapillo
Que cuesta poco en la plaza
Sale don Martín a caza
Y vuelve con tabardillo,
Bien, su gusto ha satisfecho.
Buen provecho.
Si cuando menos lo espera
Se le hunde la casa a Antón
Por no gastar un doblón
En reparar la gotera
Que abrió una rata en el techo,
Buen provecho.
Si leyendo esta letrilla
Exclama un lector adusto:
¡Pésimo estilo! ¡Mal gusto!
Más graciosa y más sencilla
Mi pluma la hubiera hecho,
Buen provecho.
Manuel Bretón de los Herreros