LA ROSA
¡Guarda, mi Silvia, guarda!
¡Ay! no por una rosa
Tu delicada mano
A lastimar te expongas.
Venus que las produjo
Como suprema Diosa
Al estampar su huella
Sobre la verde alfombra;
Venus vivió cien siglos
Ufana de su obra
Hasta que tú naciste,
Dulcísima pastora.
Dos el Amor ha puesto
En esa cara hermosa
Que las suyas afrentan
Y el corazón me roban.
Así el rosal ameno
De Venus envidiosa
Crudas espinas cubre
Entre lozanas hojas.
¿No temes su venganza?
¡Tente!... Quizá se esconda
Cabe el risueño arbusto
Víbora ponzoñosa.
Si engalanar deseas
Tu cabellera blonda,
Deja que yo la arranque
Con esta mano tosca.
¡Y oh si por serte grato
Fuera tanta mi gloria
Que las sutiles puntas
La desgarrasen toda!
Y mas que no pudiera
Valerme de la honda
Ni tocar en un año
Mi rústica zampoña.
¡Oh, déjame, importuno!
Responde la pastora.
¿Qué importa que me clave
Si es para ti la rosa?
Manuel Bretón de los Herreros