HORA V
LAS AVES
¡Aves! ¿Dó vais cruzando la alta esfera
Risueña limpia y clara?
¡Ay! ¡quién como vosotras libre fuera!
¡Quién cual vosotras, ay, el vuelo alzara!
Blancos y deliciosos pensamientos
Despertáis en el alma:
Cuando os mecéis sobre los mansos vientos
Cual la esperanza sois que boga en calma.
Y cuando descendéis apresuradas
Sois cual las ilusiones
¡Ah! de puro atrevidas, disipadas
Del porvenir abierto en las regiones.
Va a perderse el incienso allá en el cielo,
Y allá en la mar el río;
No se dónde, siguiendo vuestro vuelo.
Vuela a perderse el pensamiento mío.
Para la eterna inmensidad nacida
Gime el alma y quisiera
En edades lanzarse sin medida,
En espacios hundirse sin ribera.
Por eso amar, volar nos place tanto:
El que ama, los lugares
Y el tiempo olvida. ¿Qué es el desencanto
Sino al fondo bajar de los pesares
Y volver a contar menguadas horas?
¡Ay, aves pasajeras
De tristeza y amor inspiradoras,
De adioses y esperanzas mensajeras!
Os sigo con la vista; ya no os veo
Y miro todavía;
Que absorta en la ilusión de su deseo
Os busca el alma en la región vacía.
Sombra y esclavitud cubren el suelo;
Siguiendo vuestro giro
La alegre libertad que hay en el cielo
Gozo un instante, pues gozarla os miro.
Miguel Antonio Caro