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LA VUELTA A LA PATRIA

      Mirad al peregrino
      ¡Cuan doliente y trocado!
Apoyándose lento en su cayado
¡Qué solitario va por su camino!

      En su primer mañana,
      Alma alegre y cantora
Abandonó el hogar, como a la aurora
Deja su nido la avecilla ufana.

      Aire y luz, vida y flores,
      Buscó en la vasta y fría
Región que la inocente fantasía
Adornaba con mágicos fulgores.

      Ve el mundo, oye el rüido
      De las grandes ciudades,
Y sólo vanidad de vanidades
Halla doquier su espíritu afligido.

      Materia da a su llanto
      Cuanto el hombre le ofrece;
Ya la risa en sus labios no florece,
Y olvidó la nativa voz del canto.

      Hízose pensativo;
      Las nubes y las olas
Sus confidentes son, y trata a solas
El sitio más repuesto y más esquivo.

      A su penar responde
      En la noche callada,
La estrella que declina fatigada
Y en el materno piélago se esconde.

      ¡Vuelve, vuelve a tu centro!
      Natura al infelice
Clama; ¡vuelve! una voz también le dice
Que habla siempre con él, amiga, adentro.

      ¡Ay triste! En lontananza
      Ve los pasados días,
Y en gozar otra vez sus alegrías
Concentra reanimado la esperanza.

      ¡Imposible! ¡Locura!...
      ¿Cuándo pudo a su fuente
Retroceder el mísero torrente
Que probó de los mares la amargura?

      Ya sube la colina
      Con mal seguro paso;
Del sol poniente al resplandor escaso
El valle de la infancia se domina.

      ¡Ay! Ese valle umbrío
      Que la paterna casa
Guarece; ese rumor con que acompasa
Sus blandos tumbos el sagrado río;

      Esa aura embalsamada
      Que sus sienes orea,
¿A un corazón enfermo que desea
Su antigua soledad, no dicen nada?

      El pobre peregrino
      Ni oye, ni ve, ni siente;
De la Patria la imagen en su mente
No existe ya, sino ideal divino.

      Invisible le toca
      Y sus párpados cierra
Ángel piadoso, y la ilusión destierra,
Y el dulce sonreír vuelve a su boca.

      ¡Qué muda despedida!
      ¿Quién muerto le creyera?
¡Mirando está la Patria verdadera!
¡Está durmiendo el sueño de la vida!

autógrafo

Miguel Antonio Caro


«Obras poéticas» (1929)

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