EL HIMNO FUTURO
Retumba en los aires el clangor de trompeta,
clangor de lejana trompeta invisible,
y fiebre de lucha, neurosis de muerte,
caldea las sangres, irrita las savias.
—Yo doy mis garras, murmura el tigre;
—Yo mi ponzoña, contesta el áspid;
—Yo mis espinas, dice el espino;
—Yo mi veneno, piensa el euforbio.
Mas el hombre, ufano grita:
—«Por mi saña y mi fiereza,
venzo al tigre y al espino,
venzo al áspid y al euforbio».
Dando salvajes aullidos de muerte y venganza,
surgen legiones de lobos, manadas de hienas;
brutos con faces humanas y pechos felinos
tienden al cielo las manos teñidas de sangre,
faros del mundo proclaman a César y Atila.
Mas la tórtola del bosque
dice al lirio de los valles:
—¡Basta ya de injustos odios!
En amor y paz vivamos.
¡Que en todos los campos florezcan los mirtos!
¡Que en todas las almas germine la dicha!
Y en tanto qué a luchas convoca los seres
la voz de lejana trompeta invisible,
resuena en la fronda tranquila del bosque
el himno futuro de amor y de paz.
Manuel González Prada