MAR VIENE Y VA

Se rompe en la concepción del tiempo
desde el mar un quejumbroso arrepiento,
las olas en constante movimiento
pliegan en las olas su sufrimiento.
Niños cazando cangrejos corren,
juegan y absorben la cristalina arena.
La playa se va yendo,
el día deja su calor costero,
vuelve la furia su refresco
del pilar un blanco sombrero
al agua salada, espumero.
Despliegan las gaviotas sus alas,
blancos plumeros.
Lentamente el mar vuelve,
besa la costa, rompe, la envuelve,
la ventana de vidrio quimera
que separa la sombra lisonjera de una figura,
escondida, viajera.