AL OÍDO
EN INVIERNO
Yo digo que tengo noches como el marfil
y días que se alargan con un color
de túnicas,
de sepelio,
de mortandad infinita.
Y digo todo esto
porque apenas el fémur me sostiene,
porque la lepra del amor cabalga sobre
mis hombros
con un galope trizado y a destiempo
hacia un final que intuyo,
pero que me niego a reconocer como propio.
Sin embargo desnudaré mis senos,
someteré mi cuerpo de cristal marchito
a la cálida roturación de tus dedos.
Sabes bien que el invierno es contagioso,
que cuando
despedimos
miradas de salmuera en los andenes
se nos caen los párpados de los ojos.
Sabes también que lloverá sobre tus manos,
sobre esas manos que buscaron
el dolor de mi rostro
y no encontraron mas que el silencio.
Por eso yo digo que tengo noches como el marfil
y en esta estación de transcurso calendario,
un extraño presentimiento
de que mañana despertará el invierno.
Joaquín Pintael Martínez