Con el corazón robado
A la esperanza y los sueños,
Toda belleza mínima
Abre al alma un amplio cielo,
Y no son tus ojos, ojos,
Sino dos profundos pechos,
Ni tu boca es trivial porque
Siempre me dice te quiero.
Con mi corazón robado
Eres parecida al viento,
Rápida e intangible en tu
Soplo de efímeros gestos,
Azules desnudos dentro
De tu luminoso acervo.
Afrodita auxiliadora
De los obscuros momentos,
Tienes en la blanca palma
De la mano el dulce anhelo
De la Rosa de la Vida
Inocentemente abierto.
19 de febrero de 2002
sensibilidad y se piensa en grande.
Juan Rivero